IMPORTANCIA DE LA ÉTICA PARA LA ECONOMÍA VENEZOLANA



María Elena Paredes Albornoz*

El Código de Ética es el conjunto de principios y normas fundamentales que guían el deber y la normalidad que deben cumplir los profesionales colegiados en el ejercicio de su profesión y en actos conexos a la misma. La ética trata uno de los temas más esenciales para la existencia humana, da una visión global del cómo vivimos. 

Existe una infinidad de pensamientos, como humanos en el mundo, esto nos lleva a pensar que asociaciones y reacciones en lo cotidiano varíen con cada persona. Debemos entender y poner en práctica la ética, vivimos en sociedad en donde cada persona es única e irremplazable, pero hay algo muy importante dentro de todo esto, que es la vida en relación con el otro, con los demás, con los que se encuentran en nuestro alrededor que de una u otra forma se hacen parte de nuestro mundo y que al final nos conducen a acertar o equivocarnos en la elecciones que hacemos. 

Es todo lo opuesto a lo que estamos expuestos gracias a las políticas macroeconómicas  que ha implantado el gobierno en Venezuela. Por ende cada día nos ocurren situaciones en las que debemos actuar dependiendo de nuestra “libertad”, ya que no tenemos variedad, no logramos satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vivienda, educación,  salud (el gobierno debe tomar medidas para mejorar la salubridad ciudadana). 

En otras palabras, la gran escasez  de productos y la inseguridad, nos enfrenta a una gran falta de moral iniciando desde quien dirige la nación, hasta la persona más común que existe en la sociedad.

Esto conlleva a una cadena de  antivalores y pérdida de ética a los ciudadanos y que cada quien vea como puede sobrevivir, convirtiendo a  los más vivos en los famosos “bachaqueros”, es decir más de lo mismo, corrupción. 

La ética se vincula a la palabra libertad y esto se debe a que los humanos tenemos que elegir entre una cosa y otra, pero no por esto podemos realizar todo lo que queremos, ya que en este caso seríamos omnipotentes, sin embargo podemos elegir lo que queremos entre las múltiples posibilidades existentes. Actuar en cualquier forma que tienda a menoscabar el honor, la responsabilidad y aquellas virtudes de honestidad, integridad y veracidad que debe servir de base a un ejercicio cabal de la profesión.

Para no equivocarnos en las decisiones que tomamos tenemos que adquirir un “saber vivir” (ética) para así seguir el curso correcto de nuestras vidas, recomendación que  hacemos tanto a quienes dirigen nuestro hermoso país, Venezuela, como  a todos  sus ciudadanos.


*Estudiante del Décimo Semestre de Economía en la FACES-ULA

Comentarios